A la hora de disfrutar un vino, el correcto uso de la copa es una variable importante para garantizar una experiencia placentera. Además, existe un protocolo respecto a cómo deben de ser dispuestas sobre la mesa.
Primero, es importante que las copas que vayamos a utilizar estén limpias y hayan sido lavadas correctamente. Normalmente lo hacemos con detergente, pero es un error ya que el olor se quedará por semanas. Lo ideal es hacerlo solo con agua tibia.
Después de lavarlas, hay que colocar las copas sobre un paño y dejarlas secar al aire libre. Si quiere conseguir que sus copas tengan más brillo y que queden relucientes, páselas sobre el vapor de un recipiente con agua hirviendo y sáquele brillo con dos paños de lino (no utilice el típico secador ya que quedarán pelusas). Sujete la base de la copa con la mano izquierda y utilice la derecha para lustrarlas. Nunca haga girar la base y cuerpo de la copa.
Una vez en la mesa…
Antes que nada, se debe procurar que las copas estén perfectamente secas. Luego hay que poner atención al orden del servicio de copas: (de izquierda a derecha) copa de agua, copa de vino tinto y copa de vino blanco. Estas se colocan frente al plato, ligeramente descentrado hacia la derecha.
Aunque existen muchas otras copas, no se suelen colocar más en la mesa, exceptuando las comidas de gala. No obstante, si se pone alguna copa más de las que hemos puesto como básicas (agua, vino tinto y blanco), se suele añadir a la derecha de las ya indicadas. Pero en el caso del champán, la copa va entre la del tinto y el blanco. En todo caso, no es habitual colocar en la mesa más de cuatro copas.
También debe evitar utilizar cristalerías muy talladas o de cristal no transparente, pues privaría a sus invitados y a usted mismo de apreciar el color y el cuerpo del vino.
Según dictan las reglas más “estrictas”, la botella de vino nunca debe permanecer en la mesa después de servirlo. Se suele colocar en un carrito o mueble auxiliar, pero nunca en la mesa, aunque la mayor parte de las veces se deje por pura comodidad. Y, al servir los vinos, no supere la marca de un tercio de la capacidad de la copa.
Cuando vaya a coger la copa, hágalo por el pie y no por la copa propiamente dicha, ya que así estaríamos calentando el vino. Además, hay que tener en cuenta que al servir el vino, este gana uno o dos grados.
A la hora de brindar, ¿se deben chocar las copas? No. Hay que evitar dar golpecitos con las copas. Se hace un gesto o ademán, pero sin que se lleguen a chocar, aunque se dice que no hacerlo trae ¡siete años de mal sexo!
Otro consejo: No utilice la copa como servilletero, al menos en ocasiones formales.
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